Grupo Herdez ha consolidado una estrategia
sólida para, a poco más de un siglo de su fundación, extender sus negocios
más allá de sus tradicionales salsas. La compañía regiomontana expandió
sus negocios hacia los productos congelados –como los helados– y las
cafeterías, aprovechando la experiencia con sus clientes en los canales de
venta minorista. Ha logrado transformarse para ser competitiva en el mercado y,
además, ampliar sus diferentes negocios con adquisiciones estratégicas, que
le permiten fortalecer el portafolio de marcas del grupo en los retailers del
país.
Héctor Hernández-Pons Torres, presidente
y director general del grupo, cuenta que aunque la empresa se ha enfocado en el
negocio de los alimentos, la experiencia de manejar otras categorías –como
productos de cuidado personal y algunos químicos– dejaron en su ADN la
innovación continua, a lo que se suman alianzas estratégicas (que mantiene
con marcas como McCor- mick o pastas Barilla, entre otras), mismas que le han
permitido enfrentar algunos sucesos adversos, como la crisis sanitaria por el
covid-19. Explica que estas alianzas y adquisiciones han dado buenos
resultados, pues son productos que ocupan los primeros lugares en sus
categorías, que han demostrado rentabilidad y que ‘encajan’ dentro de los
engranes del grupo.
En esta apuesta constante por nuevos
productos, Herdez desarrolló su negocio de alimentos congelados, tras comprar
Grupo Nutrisa en 2013, por 2,971 millones de pesos. Esta fue su entra- da a
este canal de ventas, que fortaleció en 2015, cuando adquirió los activos de
Helados Nestlé en México.
Estos movimientos ya rindieron frutos. En
2013, la compra de Nutrisa impulsó 9.8% las ventas del grupo, a 12,321
millones de pesos. Con la integración de Helados Nestlé, las ventas del
segmento crecieron 83%, a 2,139 mdp, y representaban 13% del total del grupo,
que ese año fue de 16,356 mdp.
“Un gran secreto que ha tenido la empresa
es que primero desarrolló una gran fortaleza, que es la comercial”, explica el
directivo. “Esto definitivamente ha sido muy importante porque hemos adquirido
experiencia que no teníamos en los negocios de la pasta o de los helados, pero
no so- lamente es participar en nuevos negocios, sino también es incrementar
la parte de innovación, que es uno de nuestros pilares de crecimiento”,
señala.
La empresa consolidó sus pasos en esta
categoría y en 2019 salió de compras y sumó a su portafolio la cadena de
cafeterías Cielito Querido Café, por 280 mdp, y los helados de yogur Moyo,
por 200 mdp. La integración de ambos negocios inició en 2020, el año de la
pandemia.
Hernández-Pons Torres reconoce que ambas
cadenas, además de las tiendas Nutrisa, se han visto afectadas por los cierres
para reducir la movilidad, pero con la flexibilización de las medidas al
tiempo que avanza el semáforo epidemiológico, confía en que la rentabilidad
de estas compras se verá reflejada en los estados financieros. Al cierre de
2020, congelados decreció 19.2% sus ingresos, a 2,608 mdp.
Las unidades más golpeadas de Cielito
Querido Café fueron las que se ubicaban en los centros de oficinas. El
directivo afirma que esta experiencia llevó al grupo a repensar la estrategia
para reabrir las unidades que no dependan de este mercado y recuperar las
ventas.
“Fue un mal timing adquirir en esta esta
etapa, aunque fueron antes [de la pandemia], pero no me cabe la menor duda de
que tienen un potencial tremendo y que nos va a llevar a crecimientos
importantes, porque ya en conjunto son más de 600 tiendas que nos dan ciertas
ventajas competitivas”, apunta.
Innovación, la otra clave
La innovación en Herdez va más allá de
los sabores, nuevos productos o innovaciones. La compañía ha logrado cruzar
canales y llevar los helados de Nutrisa a los refrigeradores de los retailers,
y también Cielito Querido Café, que ya cuenta con un helado de su clásica
bebida de horchata.
Las inversiones en innovación han
aumentado en los últimos cuatro años. En 2017, Grupo Herdez invirtió 13.1
mdp, cifra que creció 180%, a 36.8 millones de pesos en 2020, de acuerdo con
datos de la compañía. Al cierre del año pasado, estos recursos representaron
0.15% del total de las ventas.
“Cuando se trata de un nuevo producto o un
nuevo sabor tardamos meses, pero cuando es de los productos enlatados cuesta
más trabajo, son estudios más largos y se lleva prácticamente un año la
tarea de innovar. Además de que requiere inversión para adaptar las fábricas
y todas las áreas del grupo para una innovación”, apunta Hernández-Pons.
https://expansion.mx/empresas/2021/06/22/herdez-mas-que-una-empresa-de-conservas
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